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La Historia Real del Asistente de Diomedes Diaz "El Media Vaca"


El personaje de ‘Media Vaca’ en la novela de Diomedes se ha convertido en uno de los más odiados por los televidentes. Esta es su verdadera historia.

Rafael Pedroza es el actor encargado de representar al asistente y sonidista del Cacique, quien de paso se convirtió en el ‘jíbaro’  del cantante.

El actor confirmó en el programa ‘Las Mañanas Con Uno’ del   Uno, estar interpretando a German Benedetti ”El Pupi’, el exasistente que trabajó con Diomedes Díaz durante 17 años.


‘El Pupi’ recordó sus labores junto al Cacique:
“Yo estaba atento a  , a su alimentación, al vestuario… que si los viajes, los conciertos, los hoteles; las medicinas, el licor, el agua y hasta el pañuelo para secarse el sudor, él lo tenía allí, al instante”

Germán Benedetti rememoró algunas de las etapas que vivió al lado de Diomedes Díaz, las que llamó “épocas doradas que guardo celosamente en un sitio especial de mi corazón”.

Por ejemplo, los viajes que hizo a Estados Unidos, México, Venezuela,  , Aruba, Puerto Rico, Panamá y  . Los aplausos que recibía el grupo de sus seguidores, las atenciones que les brindaban y la comida internacional que degustaban.

Recordó en Nueva York el día que con Juancho Rois, Maño Torres e Isaac Carrillo, treparon las torres gemelas. Diomedes no estaba en el mismo sitio porque prefirió quedarse en el hotel de Manhattan.

También llegó a su mente la fiesta de los 15 años de la hija de Samuel Alarcón, celebrada en el Hotel de El Prado, en la que como recuerdo, le dieron un bolígrafo “finísimo” el cual conserva.
Saludo de ‘El Pupi’ a ‘Media Vaca’

‘El Pupi’ habló sobre Diomedes Díaz y también sobre la novela que se emite actualmente por el Canal RCN.

Desde 1979 Germán Gerónimo Benedetti García se conoció con Diomedes Díaz Maestre, empezó a trabajar con la agrupación más exitosa en todos los tiempos centro del género vallenato, en donde se mantuvo durante 18 años.

Samario del barrio 20 de Julio. Reconocido por la inmortalidad de su nombre a raíz de los constantes saludos de Diomedes Díaz en diversas canciones, Germán Gerónimo Benedetti García, ‘El Pupy’, observa todos los días por el canal RCN los capítulos de la telenovela que recrea la vida de ‘El Cacique de la Junta’. Aunque nunca ha sido llamado para conocer las historias vividas al lado del artista vallenato, no pierde la esperanza de ser parte de esta obra en televisión que ha suscitado todo tipo de polémicas en la prensa y las redes sociales.


¿De dónde nace ese seudónimo de ‘El Pupi’, quién lo ‘bautizó’?
Gracias a Dios y a la Virgen, no me arrepiento de la persona que me puso ese sobrenombre, Dios lo tenga en la gloria al señor Diomedes Díaz Maestre. Él me puso ‘El Pupi’ porque una vez que estábamos en Estados Unidos en la ciudad de Nueva York y me vestí todo como un pelao, entonces ‘El Cacique’ me dijo ‘tú pareces un pupi’ y ahí nació el seudónimo. Después en las grabaciones cuando empezó a saludarme, me acuerdo que estando en el hotel Tequendama en Bogotá me dijo que me saludaría de tal forma que quedaría inmortalizado, yo le dije que no le creía; pero así fue me saludó y hoy todo el mundo lo recuerda.

¿Usted cómo conoció a Diomedes Díaz?

Recuerdo como si fuera ayer. Eso fue en 1979. A mí siempre me gustó la música de Diomedes y de ‘Los Betos’. Yo empecé a trabajar con ‘Los Betos’ (‘Beto’ Zabaleta y ‘Beto’ Villa) yo era auxiliar, estaba pendiente de recoger los cables. En ese entonces viajábamos en los buses de Cootracegua y en la parte del techo venían los equipos del sonido. En uno de esos conciertos ‘Los Betos’ alternaban con Diomedes que tenía como acordeonero a ‘Colacho’ Mendoza. Esa noche Diomedes me mandó llamar con uno de sus auxiliares de sonido porque necesitaba hablar conmigo y hablamos y me pidió que trabajara con él para que estuviera al lado suyo todo el tiempo, para que lo atendiera.

¿Cuando Diomedes le dijo ‘para que me atiendas’ a qué se refería?
Para que estuviera pendiente al vestuario, alimentación, las medicinas, el agua, muchas cosas personales. Pero esa noche yo le dije que de momento yo estaba trabajando con ‘Los Betos’ y él me dijo que no me preocupara que si le tocaba hablar con ‘Beto’ Zabaleta lo hacía. Entonces hablaron y Diomedes le dijo que me necesitaba. Recuerdo que fue en una caseta en Barranquilla que se llamaba ‘El toro sentao’. En ese entonces a Diomedes le gustaba tomar soda Bretaña pero había que sacarle los gases porque sufría de gastritis; entonces me tocaba andar en promedio con diez botellas de soda. Diomedes no le tomaba agua a nadie porque a pesar de ser indio era muy inteligente.

Bueno era el año 1979, comenzó a trabajar usted con Diomedes Díaz, ¿cuánto le pagaba en ese entonces?
Me ganaba en ese entonces dos mil pesos por baile, era una buena plata. Yo estaba en nómina, pero Diomedes me daba unas bonificaciones; pero realmente a mí no me importaban mucho los dos mil pesos sino estar siempre al lado del artista, además yo sabía que iba bien por la confianza que él depositó en mí. Por esa confianza nunca lo defraudé.

¿Qué clase de persona era Diomedes Díaz?
Era muy querido, honesto, serio. A veces, como todo ser humano, estaba de buena tónica, a veces era lo contrario. Yo lo conocí a él en ambas expresiones. Yo lo sobrellevaba, porque había momentos que se despertaba de mal genio, no le hablaba a casi nadie, y como yo siempre estaba ahí él me comentaba que cómo era posible que ‘mientras nosotros estamos viajando en la finca la gente robándose el ganao y la excusa es que se mató una vaca, uno delega en personal de confianza y resulta que lo que hacen es robarle a uno, y yo no estoy para eso’.

¿Cuando usted conoció a Diomedes Díaz, él era un hombre adinerado?
Ya tenía su buena camioneta, le daban muchos regalos, regalos costosos, por ejemplo un reloj Rolex de oro; pero él no era apegado a nada, en muchas ocasiones regalaba la plata pero había muchas personas que no la sabían utilizar, porque si él se las daba para que le compraran una medicina a sus hijos, se la gastaban en otra cosas, en trago o mujeres; pero cuando una persona llegaba con una fórmula Diomedes siempre los atendía y solucionaba.

A usted lo conocimos con los saludos de Diomedes, sobre todo cuando le pedía un pañuelo, ¿qué tenía el pañuelo?
No sé. Él nació para eso. Yo compartí muchos momentos con Diomedes, comíamos en el mismo plato, hasta el punto que había momentos en que yo sabía qué le provocaba. El licor, le gustaba tomar whisky, brandy, aguardiente Cristal, a veces ron, había días en que no tomaba, hasta que se emocionaba. Aunque había mucha gente que le brindaba tragos, pero ‘El Cacique’ no le tomaba tragos a todo el mundo entonces me lo daba a mí y yo me lo tomaba. Con relación al pañuelo, es una cosa jocosa, tiene doble sentido, porque en los conciertos él no cantaba por cantar, Diomedes se entregaba en el escenario y tenía que cambiarse varias veces de camisa porque sudaba mucho, entonces yo tenía que andar con tres camisetas adicionales que combinaran con el vestuario.

¿Usted extraña a Diomedes Díaz?
Me hace mucha falta, como esa clase de personas ya no vuelven a nacer, él mismo lo decía ‘como Diomedes ni hay otro, eso nunca nacería y si nace no se cría y si se cría se vuelve loco’.

¿Diomedes Díaz era un artista envidiado por los demás artistas vallenatos?
Muchos. Y en la mayoría de los casos se lo manifestaban en versos. Cuando hacían los conciertos lo dejaban de último, decían que Diomedes no iba a llegar.

¿Cuál es el lunar negro en toda su historia con Diomedes Díaz, qué era lo que no le gustaba?
A veces los incumplimientos. Yo me desesperaba porque era el asistente personal. Por ejemplo estábamos en Santa Marta, nos quedábamos en el hotel Tamacá, y teníamos toque en Medellín, entonces él me decía que no quería viajar porque tenía problemas; pero yo le insistía. La razón que él tenía era que estaba enamorado, entonces era un problema. Yo le insistía porque no era bueno quedar mal, entonces me preguntaba si yo era socio del baile…(risas). Pero yo me lo sabía ganar y lo convencía y al final decía ‘vamos pa’ esa’.

Hace un tiempo usted tuvo un litigio jurídico con Diomedes Díaz por el no pago de prestaciones; ¿eso finalmente se superó, usted tiene algún resentimiento?
Antes de su muerte alcanzamos a sentarnos a hablar, me hizo ver que no era su culpa sino de los representantes ‘que se roban esa plata’ como él decía. Yo peleé jurídicamente porque yo me lo merecía y él entendió. Yo viajé a Valledupar varias veces y él me atendía como a un hermano, incluso me quería, me pedía que no lo abandonara, me decía que yo le hacía falta. Y esa buena relación que tuve con ‘El Cacique’ hoy se refleja en sus hijos, con quienes tengo una muy buena relación: Martín Elías, Rafael Santos, Diomedes de Jesús, con Patricia, la señora Elvira (mamá), ellos saben que yo a Diomedes lo cuidé como si fuera mi hermano. Incluso Rafael Santos, y Elder quieren que trabaje con ellos.

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